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FOCUS
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F O C U S
KARL-FRIEDRICH SCHEUFELE & JACKY ICKX
¡Una historia de pasión!
Para Chopard, la legendaria carrera de
las 1000 Miglia es mucho más que una
aventura, es un vínculo inquebrantable
entre el hombre y la máquina. Tanto en
la carretera como en la muñeca.
Con los patrocinios relojeros ocurre como con las
relaciones amorosas: algunos tienen el privilegio de la
longevidad. Este es precisamente el caso del vínculo que
une a Chopard con el rally 1000 Miglia, la colaboración
más duradera entre una firma relojera y un evento de
automovilismo. Iniciada en 1988, con Chopard como cro-
nometrador oficial de la carrera, esta unión sigue siendo,
37 años después, un ejemplo perfecto de simbiosis exi-
tosa. Prueba de ello es que, tan solo un año después de
comenzar el patrocinio, Karl-Friedrich Scheufele, copre-
sidente de Chopard, participó en la carrera al volante. Una
participación a la que no ha faltado nunca desde enton-
ces y que fue también el origen de su amistad con Jacky
Ickx, leyenda del automovilismo y hoy miembro de pleno
derecho de la familia Chopard. «Somos realmente fieles
a este vínculo», comenta Karl-Friedrich Scheufele. «Esta
asociación entre relojería y automóvil responde a una
misma obsesión: ¡la precisión y el dominio del tiempo!»
Una alquimia perfecta
Lo que no dice Karl-Friedrich Scheufele, pero que
se percibe en el brillo de sus ojos al hablar de la céle-
bre carrera, es que esta competición ocupa un lugar
muy especial en el mundo del automovilismo. Miles
de kilómetros recorridos por antiguas carreteras italia-
nas entre Brescia y Roma, con aficionados agolpados a
lo largo del recorrido como si fuera el Tour de Francia;
una carrera de resistencia donde la convivencia com-
pite con la épica deportiva; y, sobre todo, una participa-
ción reservada exclusivamente a coches que tomaron
parte en la carrera original entre 1927 y 1957, año en que
se suspendió debido al elevado número de accidentes.
Pero eso no bastó para frenar el amor de los italianos
por la bella mecánica. Ni el de Karl-Friedrich Scheufele
por los “oldtimers” de colección. Entre los organizadores
de la 1000 Miglia Storica, resucitada en 1977, y Chopard,
el entendimiento fue inmediato. Juntos devolvieron el
prestigio a la “Corsa più bella del mondo”, un evento que
pone en valor el espíritu deportivo de los gentlemen dri-
vers y la belleza de los coches clásicos.
Esta alquimia no podía dejar indiferente a Chopard.
Precisión y elegancia: con ese espíritu, la casa lanzó su
primer reloj Mille Miglia, en forma de edición limitada
reservada a los aproximadamente 400 pilotos que toma-
ban la salida. Una caja redonda clásica, un bisel ancho,
una escala taquimétrica para medir la velocidad media,
un estilo deportivo pero elegante y una excelente legi-
bilidad del cronógrafo sin apartar la vista de la carretera.
A primera vista, el Mille Miglia de Chopard evocaba el
salpicadero de un coche de colección, con el icónico
logotipo rojo en forma de flecha de las Mille Miglia como
firma distintiva. A esa primera versión del cronógrafo
deportivo de Chopard le seguirían inevitablemente 35
iteraciones, casi una por año. Desde el principio, en 1988,
Chopard ofrecía modelos a la venta junto con las piezas
“competitor” destinadas exclusivamente a los pilotos.
¡Buena ruta!
En casi cuarenta años, la colección ha experimentado
evoluciones significativas. Entre ellas, destaca la adop-
ción sistemática de movimientos mecánicos automáti-
cos a partir de los años 90, incluyendo un cronógrafo
con función ratrapante. Otro aspecto importante desde
el año 2000: todos los movimientos están certificados
por el Control Oficial Suizo de Cronómetros (COSC), una
garantía de fiabilidad que abarca toda la colección. Desde
2015, la gama se divide en dos líneas. La primera, que
agrupa los Mille Miglia Classic Chronograph, presenta
un estilo claramente vintage, inspirado en los bólidos
más antiguos que participaron en la carrera entre 1927
y 1940. La segunda línea, llamada GTS, ofrece un diseño
más deportivo, en línea con los coches que corrieron
entre 1940 y 1957. También cabe destacar el uso, en los
últimos años, del Lucent Steel™, un acero de alta calidad
exclusivo de Chopard, fabricado con un 80 % de metal
reciclado.
«Un coche, como un reloj, es una maravilla de la inge-
niería», concluye la marca. «Todos los amantes de la
relojería y del automóvil lo saben. Y Chopard, más que
nadie». Sobre esta verdad, la carrera de las 1000 Miglia y
los relojes que llevan su nombre tienen aún una larga
ruta por recorrer. ■ Éric Dumatin
1. Mille Miglia GTS Power Control – Edición Carrera 2025. Cho-
pard celebra los 10 años de la línea GTS con un reloj en Lucent
Steel™ de 43 mm. Su esfera color salmón -muy de moda- incluye
indicador de reserva de marcha, fecha con la icónica flecha Mille
Miglia, y como novedad, pequeño segundero. La visibilidad noc-
turna está garantizada por agujas e índices con Super-LumiNova
negra. Edición limitada a 250 unidades, con calibre automático
01-02-M certificado por COSC, y correa de becerro perforado
con forro de caucho.
2. Mille Miglia Classic Chronograph Tribute to Sir Stirling
Moss. Este cronógrafo rinde homenaje a Sir Stirling Moss y su
victoria legendaria en 1955, recorriendo la carrera en 10 h 07 min
48 s (157,65 km/h de media). Caja de 40,5 mm en Lucent Steel™,
movimiento automático certificado COSC basado en el calibre
ETA A322-11. Correa de piel de becerro perforada. Edición limi-
tada a 70 piezas por el 70 aniversario de la hazaña.