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FOCUS
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F O C U S
Nueva correa, movimiento de vanguardia,
caja rediseñada: el nuevo modelo Land-
Dweller encarna la excelencia de Rolex.
¿Hasta el punto de rozar la perfección?
Por Christophe Roulet
Durante la última edición del salón Watches and
Wonders Geneva, los habituales del evento quizá no se
sorprendieron al ver allí a Roger Federer. El nombre de
este extraordinario campeón de tenis lleva muchos años
asociado a Rolex. Más llamativo, sin embargo -incluso
para los ojos más entrenados- fue el hecho de que el
“Maestro” de las pistas lucía un modelo completamente
inédito. Un Rolex, por supuesto, pero indudablemente
distinto a los relojes fácilmente reconocibles de la casa:
esos modelos icónicos que han forjado la reputación de la
marca desde su fundación, hace ahora exactamente 120
años. ¿Un reloj de aniversario, entonces? Puede que sí…
pero también mucho más. De hecho, Roger Federer no
fue el único en llevar esta novedad en la muñeca. A su
lado, la pianista clásica china Yuja Wang lucía la versión
femenina del modelo. Una elección que no es casual:
estas dos personalidades, prodigios creativos y técnica-
mente impecables, encarnan a la perfección el espíritu
de este nuevo modelo: el Land-Dweller, un reloj que se
distingue por su «audacia estética y técnica», según pala-
bras de la marca, «un reloj que abre nuevos horizontes».
Una reinterpretación genial
Se puede decir que Rolex ha cogido a todos por sor-
presa con este nuevo Land-Dweller, que nada más ser
presentado ya ha generado un aluvión de elogios. La
propia marca no duda en hablar de «un nuevo capítulo
en su historia» para referirse a «un reloj contemporáneo
que representa la culminación de su saber hacer, fruto
de más de un siglo de experiencia relojera». El objetivo
de la casa con este modelo, “símbolo de armonía”, queda
resumido en un mensaje simple pero poderoso: «estar
en sintonía con su tiempo y su entorno para construir el
mundo del mañana». En los últimos años, Rolex, bajo la
dirección de Jean-Frédéric Dufour desde 2015, ya ha lle-
vado a cabo iniciativas destacadas: el fondo de zafiro para
el Daytona, el Day-Date Puzzle con emojis, un modelo
de reloj de vestir como el Perpetual 1908, además del
programa Rolex Certified Pre-Owned para relojes de
segunda mano o la sorprendente compra de Bucherer,
uno de los distribuidores relojeros más importantes del
mundo. En cuanto al producto, con el Land-Dweller, no
cabe duda de que Rolex ha dado un paso más. Un paso
de gigante.
Todo en este reloj ha sido pensado y repensado para
convertirlo en uno de los hitos de la relojería contempo-
ránea. Su estilo, además, encaja plenamente con la ten-
dencia actual que empuja a los aficionados hacia mode-
los “sport-chic”, cuya génesis, marcada por auténticas
genialidades de diseño relojero, se remonta a los años
1970. Una década en la que Rolex lanzó, entre otros,
el Explorer II (ref. 1655), el Sea-Dweller 4000 (ref. 16660),
y desarrolló el movimiento Oysterquartz, sin olvidar
los Rolex Day-Date Stella con sus sorprendentes esferas
de colores. Para esta década, sin duda, el Land-Dweller es
el que debe quedar marcado con letras de oro, “un reloj
que reinterpreta el diseño ambicioso y exigente del reloj
con brazalete integrado”.
El refinamiento del detalle
Para la ocasión, la casa presenta un nuevo brazalete
con el Flat Jubilee, una reinterpretación del emblemá-
tico Jubilee que debutó en el Datejust en 1945. Como
su predecesora, esta pulsera mantiene la estructura de
dos eslabones anchos en los laterales y tres pequeños
en el centro, aunque estos últimos están ahora puli-
dos y ligeramente elevados. Los eslabones laterales, con
acabado satinado técnico, están pulidos en sus bordes
y en los chaflanes ejecutados en sus extremos superio-
res, resultado de un nuevo proceso de fabricación. El
efecto es una “auténtica línea de luz” que se prolonga
desde la caja, cuyas aristas superiores también están
biseladas y pulidas. Cabe destacar la presencia de inser-
tos de cerámica que refuerzan y aseguran la durabili-
dad del robusto sistema de unión entre el brazalete y la
caja Oyster. Davide Airoldi, responsable de diseño en
Rolex, lo resume así: «En términos estéticos, la conti-
nuidad visual perfecta entre el brazalete Flat Jubilee y la
caja Oyster confiere una gran elegancia al Land-Dweller,
que sigue siendo tan robusto y fiable como cualquier
reloj Rolex. Así, este nuevo modelo puede llevarse en
cualquier circunstancia».
Caja y esfera han merecido también la misma aten-
ción detalle arquitectónico. La esfera presenta un diseño
tipo panal de abeja, con celdas estilizadas y ligeramente
en relieve. Pero no se ha optado por un tratamiento clá-
sico como el satinado o el acabado soleado. Para crear
esas celdas, se utilizó un láser de femtosegundo, una tec-
nología de última generación que emite impulsos ultra
breves (1 femtosegundo = 1 millonésima de una milmi-
llonésima de segundo). ¿Basta con eso para la esfera? Ni
mucho menos. Para decorar las ranuras que separan las
celdas, se recurrió de nuevo al mismo láser para crear
un motivo de círculos concéntricos. En cuanto a los índi-
ces aplicados, «hemos utilizado una nueva variante de
material luminiscente», explica Mathieu Vorontchouk,
responsable de prototipos de esferas en Rolex. «Esta
versión es mecanizable, lo que nos ha permitido lograr
esta estética inédita en la que el material luminiscente
asoma por ambos extremos abiertos de los índices». La
caja, de flancos curvos, cuenta con un bisel de estrías
ligeramente ampliadas con un enfoque contemporáneo,
e incluso engastado en las versiones más exclusivas.
Es hermética hasta 100 metros y dispone de un fondo
transparente con cristal de zafiro, lo que permite admi-
rar todas las características del movimiento.
Quintaesencia
relojera