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Richard Mille inspiró a algunos directamente, pero
la verdadera influencia del RM 001 fue la tenden-
cia de colocar la mecánica en el centro de atención.
Todos querían mostrar su creatividad relojera, desde
TAG Heuer con su V4 de correas, hasta Breguet con
la colección Tradition lanzada en 2005. Inspirada en
los relojes de suscripción de Abraham-Louis Breguet,
esta línea presentaba un movimiento casi totalmente
visible en la parte frontal, con la esfera reducida a un
pequeño islote sobre el tren de engranajes y el escape
-es menos un esqueleto que una disección anatómica
del reloj (como en la colección LM de MB&F).
Con el Big Bang lanzado en 2005, Hublot adaptó
este enfoque hiper-tecnológico a una marca ya de por
sí transgresora. Pronto hizo del esqueleto un compo-
nente esencial de su identidad, hasta el punto de que
sorprende ver un Hublot con esfera cerrada. La marca
también impulsó la introducción de nuevos mate-
riales y acabados, lo que permitió diseñar esquele-
tos de color uniforme, minimizando así la confusión
visual de conceptos anteriores. Como era de espe-
rar en Hublot, pronto se añadieron 500 diamantes
baguette para crear el Big Bang One Million Dollars de
2007, un reloj que simbolizaba perfectamente la mag-
nificencia y ambición técnica de la marca en aque-
lla época. Más adelante, Hublot llevó el concepto
de esqueleto al extremo con relojes como el MP05
LaFerrari, que intentaba replicar el diseño del motor
del coche homónimo.
La contribución de Cartier, con Carole Forestier-
Kasapi al frente de la naciente División de Alta
Relojería, fue integrar los códigos estéticos de la
casa en la arquitectura del movimiento, en relojes
como el Santos 100 de 2009, que utilizaba los núme-
ros romanos característicos para formar los puentes
del mecanismo.
Si los esqueletos del estilo de los años 1980, como
los de Audemars Piguet y Blancpain, han desaparecido
casi por completo, el concepto sigue siendo una herra-
mienta habitual en la caja del diseñador relojero. →
1. JAEGER-LECOULTRE Reverso Hybris Artistica Calibre 179.
Con el concepto Duoface, el fascinante calibre con Gyrotour-
billon muestra un huso horario distinto en cada cara del reloj.
Gracias al arte del esqueletado, el angulado y la laca -visibles
plenamente en el reverso-, este reloj de oro blanco de 31x51,1
mm se convierte en una auténtica joya de estilo Art Déco. Edi-
ción limitada a 10 ejemplares.
2. RICHARD MILLE RM 16-02 Automatique Extra-Plate. El
modelo rectangular de Richard Mille regresa con un estilo de
inspiración brutalista, potenciado por un notable trabajo de
esqueletado. Los enigmáticos índices siguen el recorrido del
movimiento dentro de una caja de 36x45,65 mm en titanio o,
como en este caso, en Quartz TPT® Terracotta.
3. CHOPARD L.U.C Flying T Twin Perpetual. El nuevo cali-
bre automático L.U.C 96.36-L combina un tourbillon volante
y un calendario perpetuo con gran fecha en una caja de líneas
refinadas. El modelo de oro amarillo, de 40,5 mm de diáme-
tro, luce una esfera de oro guilloché con motivo solar en color
verde bosque. Sello de Ginebra.
4. FERDINAND BERTHOUD FB RSM. Una pieza especial: el
movimiento de este cronómetro con tourbillon y transmisión
huso-cadena fue desarrollado junto a un aprendiz de relojería,
que lo presentó como trabajo final de estudios. Se produce en
edición limitada a 20 ejemplares, con diseño personalizable a
elección del comprador.
El COSC en directo
Fundado en 1973, el COSC (Control Oficial Suizo
de Cronómetros) es un organismo independiente
que prueba la precisión de movimientos o cabezas
de relojes Swiss made, en su mayoría mecánicos, con
el fin de otorgarles o no un certificado de cronóme-
tro, es decir, de alta precisión. Cada movimiento se
somete a pruebas rigurosas, en diferentes posicio-
nes y temperaturas, durante entre 12 y 20 días. Al
final, para un calibre mecánico, las inevitables des-
viaciones deben estar comprendidas entre -4 y +6
segundos por día.
El COSC, cuya sede está en La Chaux-de-Fonds,
dispone de tres laboratorios punteros, equipados de
forma idéntica y estratégicamente distribuidos en la
Suiza francófona (Bienne, Le Locle y Saint-Imier), a
corta distancia de la mayoría de las manufacturas.
Las marcas deciden si recurren o no a la certifi-
cación del COSC, ya sea para toda su producción o
solo una parte. Algunas prefieren sus propios sellos
de calidad, que generalmente abarcan otros crite-
rios adicionales. En la actualidad, aproximadamente
el 40 % de los relojes mecánicos suizos exportados
cada año están certificados por el COSC. «Obtener la
certificación del COSC no es obligatorio, pero sí un
verdadero valor añadido. Es una garantía reconocida
en todo el mundo y a lo largo del tiempo», afirma el
director Andreas Wyss. Una garantía que se mate-
rializa en un número grabado en el movimiento, un
certificado que se entrega con el reloj y, frecuente-
mente, una mención en la esfera. Sin embargo, hasta
ahora, el COSC era a menudo un actor en la sombra
para los clientes finales.
¿Qué hay de nuevo?
Nuevo logotipo, nuevo eslogan, nueva web, pre-
sencia en redes sociales, difusión de una newsletter…
A partir de ahora, el COSC se dirige directamente a los
propietarios de los relojes certificados como cronó-
metros por su entidad. Pretende convertirse en una
marca por derecho propio y contribuir, en la medida
de lo posible, al prestigio del saber hacer relojero
suizo. Las marcas clientas obtendrán un apoyo sin
precedentes, y los clientes finales, una mayor con-
fianza. Con el acuerdo de las marcas, tienen acceso a
los entresijos de la certificación de cronómetro con,
como punto culminante, la posibilidad de conocer
los resultados de las pruebas a las que fue sometido
el movimiento que anima su propio reloj.
Así pues, el COSC ha decidido proponer a las mar-
cas la emisión de una tarjeta de certificación especí-
fica. Son ellas quienes deben valorar si quieren o no
ofrecer este servicio a sus clientes. Apostamos a que
muchas aceptarán la propuesta. ■ MLB
TECH