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© LUC BRAQUET
PATEK PHILIPPE 7340/1R-001. Una grata sor-
presa para las mujeres que aprecian la reloje-
ría mecánica: la colección Twenty~4 recibe su
primera complicación, un calendario perpetuo,
disponible en dos versiones. En el modelo que se
presenta aquí, el calibre automático 240 Q extra-
plano, visible a través del fondo de zafiro, mues-
tra las indicaciones del calendario y las fases
lunares en una esfera plateada con doble sati-
nado, vertical y horizontal, que evoca los teji-
dos de seda salvaje shantung. Este reloj de oro
rosa con brazalete a juego es también el pri-
mer Twenty~4 redondo sin engaste. También
disponible con esfera verde oliva “rayos de sol”
(7340/1R-010).
D A M A
Por Paloma Recio, directora de la revista Relojes & Estilo
Mecánica
en femenino
«La belleza está en los ojos de quien mira»
Oscar Wilde (1854-1900)
Desde finales del siglo pasado, la
relojería mecánica vuelve a pensar
nuevamente en femenino. Cada vez
son más las marcas que destinan una
parte de su producción a este tipo
de relojes diseñados especialmente
para las mujeres, algunos incluso con
grandes complicaciones. Bien puede
decirse que los relojes mecánicos
para señora han reencontrado sus
cartas de nobleza y conquistado
un merecido lugar bajo el sol.
ecuperada tras la crisis del cuarzo, la relojería mecánica volvió por sus
fueros y decidió ocuparse en un principio de los relojes masculinos. A
las mujeres les reservaron pequeños relojes de cuarzo, pensando que
eran reacias a la mecánica. Y las mujeres, amantes también de la buena relojería,
manifestaron su desacuerdo apropiándose de los modelos para caballeros. Un
ejemplo indiscutible fue el éxito de Panerai, con sus 44 mm de diámetro, en las
muñecas femeninas a finales del siglo pasado y principios de éste. Poco a poco
la mentalidad ha ido cambiando y hoy existe un gran número de relojes mecá-
nicos de señora. Algunos de ellos incluso con movimientos complicados, capa-
ces de combinar técnica y estética. Una tendencia a la que cada vez se apuntan
más marcas. Siendo optimista, podría decirse que hay una gran ofensiva en este
sentido. Como si la industria del tiempo hubiera redescubierto esa mitad de la
población y se aplicara a satisfacer su demanda, a sabiendas de que en el siglo
XXI las mujeres son grandes consumidoras y de que el reloj ha dejado de ser para
ellas un simple accesorio de moda para convertirse en un objeto que define su
status social y su personalidad, una manifestación del poder que alcanzan en
las sociedades actuales.
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DAMA