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© LUC BRAQUET
TIFFANY & CO. Bird on a Flying Tourbillon
Azure Blossom. Una joya de alta relojería con
un movimiento tourbillon de cuerda manual dise-
ñado a medida por la manufactura suiza Artime
para Tiffany & Co. El regulador, bajo una cúpula
de zafiro facetado como un diamante, sirve de
percha a una cacatúa engastada con 70 diaman-
tes. La hora se muestra en una esfera con 168
diamantes. Las flores lacadas se distribuyen en
dos niveles sobre un fondo de esmalte cham-
plevé, todo dentro de una caja de oro blanco de
36 mm engastada con 341 diamantes. Con los
143 del movimiento visible por el fondo de zafiro
y los 49 de la hebilla, suma un total de 771 dia-
mantes (más de 3,8 quilates), sin contar el dia-
mante solitario en la corona. Edición limitada a
10 ejemplares.
T E C H
a idea de retirar la esfera y calar al máximo las platinas y puentes del
movimiento nació, como muchas veces en la relojería, hace mucho
tiempo. Generalmente se atribuye a André-Charles Caron, suegro del
mucho más famoso Jean-Antoine Lépine. El primero quería destacar el con-
cepto revolucionario del movimiento con una sola platina desarrollado por
el segundo: sin esfera, los clientes podrían apreciar la precisión y calidad del
movimiento. Pero, como la mayoría de los relojes de la época tenían mecanis-
mos fácilmente accesibles, la idea no tuvo gran impacto y no fue adoptada de
forma más amplia hasta dos siglos después. Existen algunos ejemplos de relo-
jes esqueletizados realizados en ese intervalo, casi siempre con el objetivo de
mostrar alguna innovación, particularmente en Patek Philippe.
El renacimiento del esqueleto data de principios de los años 1980 como reac-
ción a la crisis del cuarzo, un acto de resistencia por parte de fabricantes como
Audemars Piguet y Blancpain, que querían ofrecer un espectáculo que la tec-
nología de cuarzo no podía igualar. Sin embargo, incluso en aquella época, los
relojes esqueletizados eran vistos como algo anticuado, expresiones extrañas
de la relojería tradicional con, paradójicamente, un exceso de detalles. La esté-
tica de los puentes finamente decorados era demasiado barroca, poco compati-
ble con el minimalismo que dominaba el diseño relojero de los años 1980, basta
comparar un esqueleto de Audemars Piguet de 1985 con el Braun AW10 de la
misma época.
→
Fenómeno del siglo XXI, los
relojes esqueletizados celebran
la mecánica a través de una
diversidad de puestas en escena,
con interpretaciones personalizadas
que se alejan notablemente de
los esqueletos tradicionales.
Par James Gurney
TECH
Mecánica
al desnudo
«En el arte no hay azar, como tampoco en la mecánica.»
Charles Baudelaire (1821-1867)